“El concepto que tengo de Toledo es, como persona, bueno; como político, muy malo, porque un político debe tener dos cosas fundamentales: no mentir y no cambiar su línea”, comenta David Waisman Rjavinsthi el ex segundo vicepresidente de Alejandro Toledo.
“He sido un asiduo visitante de Tacora, iba a comprar reductores, cajas de cambio usadas, y con eso construía máquinas”.
¿Cómo es que entró a la política?
Los microempresarios fuimos profundamente afectados con la política de Fujimori, porque él bajó los aranceles, permitió las importaciones masivas, y los pequeños industriales no estábamos en condiciones de competir. Cuando yo asumo la presidencia de la Comisión de la Pequeña Industria en la SNI digo: o seguimos en la pasividad en la que estamos o enfrentamos al gobierno de Fujimori, y decidimos enfrentarlo. Hicimos una gran marcha a Palacio de Gobierno.
¿Y cuándo conoció a Alejandro Toledo?
Allí lo conocí. Coincidimos en uno de los viajes, tuvimos una pequeña conversación, me comenzó a invitar a sus reuniones, me integré al partido; pero yo en ese momento no tenía intención de ser congresista ni de entrar en política. El tema era apoyarlo a él, porque él ofrecía el gran cambio y la igualdad de condiciones para la industria nacional y para la pequeña industria frente a la invasión de productos extranjeros.
Usted le daba problemas a Toledo cada vez que lo reemplazaba en la presidencia...
Le empecé a dar problemas porque hay un tema bien grave en el Perú. Qué pena que la mentira en el país se imponga.
¿Y eso por qué lo dice?
Ahh, es que Toledo hizo muchos ofrecimientos, como lo han hecho todos los presidentes, y no cumplen casi nada, y eso es mentir.
¿Está diciendo que Alejandro Toledo mintió?
Sí, sin ninguna duda. Y lo he dicho durante el gobierno y después del gobierno. He sido un crítico constructivo permanente.
¿Y en qué momento se distancia de él? Ustedes eran amigos, ¿no?
Éramos muy, muy amigos, porque si bien es cierto que hizo un buen gobierno –yo lo reconozco porque fui parte de ese régimen–, se pudo hacer muchísimas cosas más y no se quiso hacer.
¿Qué fue lo que le impidió hacer más cosas?
Desconozco. Yo siempre fui un crítico interno y, cuando no conseguía mis objetivos, salía a la prensa. Fui un crítico interno de lo que no quería hacer e interno y externo de lo que hacía mal.
¿Como qué?
Un ejemplo: usar el avión presidencial para viajes personales; como cuando él viaja a celebrar el cumpleaños de la señora Eliane, en Punta Sal, en el avión presidencial. Había un rechazo de la prensa y de la población a ese tipo de frivolidades, y él no hacía caso. Él decía que él era el presidente de la República, y yo no tenía por qué meterme.
¿Con quién se llevaba peor: con Toledo o con Eliane Karp?
Con Eliane Karp. Ingrata ella. Debe de recordar un hecho que fue bastante fuerte. En una ocasión, en el Pleno, un congresista de Perú Posible que se había separado del partido agravia públicamente a Eliane Karp, y yo salgo al frente a defenderla, porque defendí el honor de la mujer, porque fue muy hiriente y grotesca la forma como atacó a la señora Eliane Karp. Producto de esto, este congresista me reta a un duelo a balazos y me persigue. Finalmente, nos fumamos la pipa de la paz.
¿Y qué pasó con Eliane Karp?
Como yo seguía haciendo críticas de las cosas malas que hacía, y de las que no hacía, entonces me agarró un odio gratuito. Nunca tuve una discusión personal con ella, simplemente me quitó el habla. Podía estar junto a mí durante dos horas y no me dirigía la palabra.
¿Le molesta la chapa de 'payasito’?
En absoluto. Para mí es un honor que me digan 'payasito’, porque el trabajo de un payaso es el más humano de todos los trabajos, porque uno contrata a un payaso para darles felicidad a los niños.
Pero usted cree que le decían 'payasito’ porque hacía reír o porque, tal vez, no era serio.
No, yo creo que el apelativo de 'payasito’, al principio, tuvo una intención de demostrar que yo no era serio en la investigación (en la Comisión Fujimori-Montesinos) y en mis intervenciones. Creo que la intención de alguien partió por ahí, buscando una reacción, y seguro que ya estaba calculado que yo iba a reaccionar mal, pero yo lo tomé en forma positiva y fue un beneficio para mi persona. Eso me sirvió en la campaña.
Usted llegó al Congreso con Perú Posible y terminó en Solidaridad Nacional. ¿Eso no es transfuguismo?
No. Transfuguismo es cuando uno se va a otro sitio por plata, cuando a uno lo compran. A mí no me compró Castañeda. Yo me voy porque ellos me buscan después de que yo renuncio. Yo no soy un tránsfuga, soy un disidente. En cualquier organización, si uno no se siente cómodo o ve que se están haciendo cosas indebidas, tiene todo el derecho de renunciar e irse. Y también tiene derecho de irse a otra organización.
Usted no logró la reelección. ¿Seguirá en política?
Sí, voy a seguir. Voy a volver a postular.
¿Cómo? ¿Se va a ir de Solidaridad?
Primero voy a hablar con Luis Castañeda, y si veo que él tiene alguna responsabilidad en el caso Comunicore, yo me voy de Solidaridad Nacional, sin ninguna duda. A lo mejor formo un nuevo movimiento que esté ligado al sector productivo.
Fuente: Peru21.pe
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